Cada paso, cada movimiento lo hago con consciencia, al menos lo procuro hacer. Trato de seguir a mi intuición, dejándome llevar también por los latidos de mi corazón, los que me guían para tomar la mayoría de mis decisiones. Las que hasta ahora, afortunadamente, han estado bastante acertadas.
Al hablar de consciencia, me ha venido a la mente que me ha pasado algo muy singular, si bien podría ser hasta lógico y normal, pero a mí me ha resultado un gran y sorprendente descubrimiento.
Cada instante vivo una historia diferente. Son muchos los escenarios, con una infinidad de personajes. Son muchísimos y diversos los actores y actrices que cuentan con un insondable número de guiones en torno a la protagonista de estas historias: yo. Si bien no he querido serlo, pero al vivir el presente, el aquí y ahora para mí ha significado un movimiento energético personal muy potente, en el que yo soy lo más importante, mi prioridad junto con lo que me rodee en ese instante. Lo notable de ser la protagonista consciente, es que puedo elegir el final de estas historias. Tengo el poder para decidir como quiero que acabe todo, si es que quiero que efectivamente que termine. Durante mi camino he podido reconocer que en mí está ese gran poder de ser y estar dónde yo desee. Y gracias a mi energía, la que ha prevalecido positiva durante la mayoría de mis horas de de viaje, han logrado hasta ahora atraer lo que he podido reflejar, todo lo bueno. Lo gris en parte de mi camino ha sido mi paso por Panamá, el que fue muy complejo, lugar donde pude dejar que mi energía bajara a lo más mínimo, llegando incluso a cuestionar la continuidad de vivir mi sueño. En esos momentos atraía lo más negativo, y me costaba salir de ese oscuro círculo, así que me rodee de todo aquello que me favorecía, pero feliz y difícilmente pude darle la vuelta y seguir adelante con mi sueño.
Cuando planifico llegar a un país determinado, me ordeno en base a la idea general de cuántos días permaneceré allí, en qué pueblos o ciudades estaré. Todo depende de mi estado de ánimo, energía, clima, estación del año, cultura, dinero y otros factores que me afectan directamente al cruzar a otro país.
El poder de estar dónde yo quiera, con quién quiera y el tiempo que me de la gana, me tiene en un estado importante de euforia. La libertad de elegir y sentir que nada ni nadie me ata, me arranca suspiros, me encanta, cada día más me enamora mi vida y ser yo la protagonista me llena de felicidad. Ahora continuaré escribiendo mis historias de vida.
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