Mientras estaba en Vitoria – Gasteiz, capital del País Vasco, tuve comunicación con un chico de Bilbao, que me propuso dar una charla en su centro de salud. Él es terapeuta e iriólogo, trabaja con hierbas medicinales, se llama Gaizka. No nos conocíamos, solo teníamos amistad por la red social Facebook. Yo acepté la propuesta y finalmente nos conocimos y pude dar la charla. Yo estaba un poco nerviosa, porque era mi primera presentación acerca de mi viaje, pero a la vez me sentía muy ilusionada con la oportunidad que se me había presentado de compartir mis experiencias. Estuve muy a gusto en el espacio, el ambiente fue maravilloso. La gente que llegó para escucharme resultó tener mucha empatía y yo estaba muy entusiasmada y emocionada, al sentir que personas desconocidas estaban interesadas en oír acerca de mi travesía. Estuvo genial. Hablé de cómo surgió mi viaje y como había sido y estaba siendo el trayecto.
En especial, les he dicho que deben confiar, que está todo bien y que todo es posible.
Las personas estaban muy animadas y agradecidas. Inclusive me aplaudieron! y recibí muchos y cálidos abrazos. Ha sido un gran regalo y ha sido mi despedida también de Euskadi, y fue la mejor forma de decir hasta luego a las tierras vascas. Al día siguiente de la charla me iba a mover a otra ciudad, así que no podías estar más contenta. Gaizka se preocupó y pensó en todos los detalles, yo estaba alucinando con tanta energía bonita, parece que nos conocíamos de antes. Una de las cosas bonitas también fue que él preparó una caja de calzado y le hizo un agujero al centro para que las personas que fueran a la charla me hicieran algún donativo privado, para la continuidad de mi viaje.
Sigo sintiéndome muy agradecida y afortunada de haber podido disfrutar de una experiencia tan enriquecedora. Hasta ahora tengo comunicación con algunas personas que asistieron a la charla. Me he podido dar cuenta que la mayoría la gente que fue a escucharme necesitaba de cierta manera un empujón para viajar y vivir más felices, siempre confiando.
