Al conocer que ya estaba cerrando mi periplo por Sudamérica me di cuenta que me sentía muy emocionada y con mucha alegría, ya que iba a finalizar el término de una etapa importante de mi trayecto por América. Colombia fue el último país que estuve recorriendo, país que me encantó tanto, que ya tengo ganas de regresar jejej
Al avanzar por los diversos países de Sudamérica tuve la gran fortuna de conocer diferentes culturas y su mayor tesoro: su gente maravillosa. Me pude sumergir y empapar de cada costumbre, gesto o palabra. Al ver mi avance para llegar a Ecuador estaba más ilusionada al conocer de otros cruces de fronteras ya que era el penúltimo países de esa sección de mi recorrido. Si me emocioné en Ecuador, al llegar a Colombia, ha sido una sensación fantástica.
Desde pequeña escuchaba sobre todos esos países, me llegaban argumentos buenos y malos, lo que en mi inconsciente fueron alimentando cada vez más las ganas de conocerlos, pero nunca hice algún intento por moverme hacia allí. Nunca los había visitado, he pisado algunos, pero solamente en las losas de los aeropuertos jeje Con el paso de los años he conocido sobre los países sudamericanos y ciertamente tenía ciertos condicionamientos respecto a algunos de ellos, por lo que cada país me ha dado un gran y poderoso aprendizaje. He conocido a seres tan lindos, nos hemos cruzado para compartir y aprender de nuestras vivencias. Al acabar ese camino me he traído conmigo amistades preciosas, que me han y nos hemos conquistado y se ha creado un vínculo muy bonito, hasta ahora, que espero perdure en el tiempo.
Lo único, es que me quedé un país pendiente de visitar, Venezuela. Como es la vida, en mi trayecto he podido compartir con algunas persona de allí y he visto muchas también durante mi camino, sin visitar Venezuela. Se ve notoriamente la crisis migratoria que atraviesa América y el mundo. Espero pasarme por ahí el día menos pensado.
Me siento muy orgullosa y con un gran sentimiento de gratitud por haber conseguido atravesar Sudamérica.
