Cuando llegué a los Estados Unidos me puse en contacto con dos ex compañeras de la secundaria en Chile. Pamela, que vive en Charlotte, fue mi compañera de curso por los cuatro años de estudios y la otra, Wendy Pamela, éramos compañeras del mismo nivel, eramos amigas también, ella vive en North Dale, muy cerquita de Nueva York.
Me emocioné mucho al contactar y reunirme con estas dos personas tan maravillosas. En mi camino he conocido a muchas y lindas personas, pero para mi no era lo mismo reencontrarme luego de 30 años con ellas, era especial.
Primero pasé por Charlotte, en Carolina del Norte. Estaba muy ilusionada con este reencuentro después de tanto tiempo, ha sido muy bonito. Ver que cada una hemos y estamos evolucionando de la mejor forma, me ha encantado sentirlo.Tantos recuerdos de los compañeros y compañeras, de los profesores, muchas anécdotas. Ver a Pame, sentir la misma esencia y esa calidez y cuidados, no pude no sentirme tan arropada y querida.
Luego me fui a Nueva York, solamente porque Wendy Pame, vive por allí, no me llamaba la atención pasar por esa ciudad, una de las más pobladas del mundo, (con aproximadamente 24 millones de habitantes). Pero se dieron las circunstancias para que así fuese. Fue como si nada hubiera cambiado entre nosotras, y dentro de nosotras. Mucha ha sido mi alegría de compartir unos bellos e intensos días con ella, recordando muchas vivencias que habíamos experimentado juntas. Ha sido un reencuentro en la misma frecuencia, ambas hemos sintonizado nuevamente en ese canal de amistad, que hasta hoy lo estamos alimentando.
Como no estar agradecida de la vida por tantos regalos, especialmente por éstos bellos reencuentros.